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NOTICIAS - NUESTRAMONTAÑA :
 Huascarán Foto Sergio Ramírez
20 de Octubre del 2010
ACERCA DE LA RUTA NORMAL AL HUASCARAN SUR 2010 Hace ya muchos años, cuando iniciaba este fascinante deporte y uno de mis sueños era lograr la cumbre sur del Huascarán (6768 m.) por la ruta de la “garganta” o normal, escuchaba a viejos montañeros y guías locales, en extensas tertulias nocturnas de Huaraz, sobre la peligrosidad de la montaña. La caída de seracs, grietas, avalanchas de nieve fresca, frágiles puentes de hielo, en fin, un sin número de peligros objetivos que hasta la fecha, siguen siendo precisamente el atractivo de esta montaña; y preciso atractivo, ya que todos quienes nos dedicamos a esta actividad, sabemos que todas las montañas implican riesgos que incluso, nos puede costar la vida y deben asumirse como tales. Desde su primer ascenso en 1932, el Huascarán se ha cobrado muchas vidas y ha dejado escapar muchas otras. Todos quienes algunas vez hemos pasado por allí, coincidimos en el peligro latente que implica atravesar la zona de “ la canaleta”, la travesía al campo 2 y la zona final antes de las “pampas” de acceso a la cumbre. Las vivencias allí ocurridas durante más de medio siglo de éxitos y tragedias, implicarían extensos volúmenes literarios, cada uno de ellos más espectacular que el siguiente. Durante las temporadas 2004 al 2007, el acceso a la cumbre sur por la ruta normal estuvo “cerrado” y los pocos grupos que hacían cumbre, debían escalar “el escudo”, una pared de hielo muy técnica y expuesta, pero carente de peligros objetivos. El descenso era por la ruta normal, por lo que los alpinistas que lograban hacer cumbre por esa pared, bajaban sin problemas por la ruta de la garganta, entonces algunas personas se preguntaron: si era posible bajar por ahí, ¿Por qué nadie subía? Para Junio del 2007, varios equipos guiados coincidieron en el campo 2, incluso algunos de ellos tenían como meta la cumbre norte, que era el objetivo usual en esos años. En un golpe de mucha suerte, algunos de los guías locales que allí se encontraban, resultaron de los más entusiastas y de un nivel muy alto en cuanto a escalada se refiere. Todos ellos unieron fuerzas y se “re apertura” la ruta normal al Huascarán luego de 3 años. Conversando con Eloy Salazar (1), uno de los guías que impulsó la idea de hacer la cumbre sur en aquella ocasión, me refirió que no era que “no se podía ...” más bien era que “nadie quería …”; más aún, cuando en Huaraz, lejos de la montaña, los comentarios al respecto, indicaban lo terrible que era subir al Huascarán y lo imposible y hasta “suicida” que resultaría cualquier intento a la cumbre sur desde “la garganta”. Esta temporada 2010 se me vino a la mente aquellos años en que la fiabilidad de algunos montañistas al parecer experimentados e incluso guías de montaña locales, era indiscutible en cuanto a condiciones de rutas se refiere. Sus palabras “eran ley”, como reza una frase popular en Perú y cual mansos corderos, el resto de gente común y corriente, hacíamos caso a todo cuanto referían y obedecíamos ciegamente estas, hasta cierto punto, absurdas ordenanzas. Actualmente, el nivel deportivo y sobre todo cultural de los profesionales en montaña locales, ha mejorado considerablemente. Esto se puede ver en la práctica, ya que muchas generaciones nuevas, no solo de guías, si no de gente aficionada a la montaña en Perú, está logrando excelentes aportaciones, ya sea aperturando rutas de alta dificultad o participando en torneos internacionales con premiaciones incluidas. Todo ello en el sentido estrictamente deportivo. Muchos de estos nuevos montañistas, prefieren verificar “in situ” las condiciones en las montañas y precisar allí mismo si las mismas son aptas para realizar un intento que no implique riesgos en demasía si están guiando algún grupo o haciendo actividad deportiva por cuenta propia. Este año 2010 en Huaraz, hubo una exageración desmedida de muchos “alpinistas de escritorio” en cuanto a ofrecer información sobre la ruta del Huascarán se refiere, alguna persona me comentó que hasta le dijeron “suicida” por intentar la cumbre sur por la ruta normal o que era mejor cambiar de objetivo de inmediato. Consejo este último muy común a fin de justificar una segura retirada, o mejor llamémosle por su nombre, “temor” de ir a esta montaña. Lógicamente estos comentarios de gente supuestamente “especializada”, causa cierto bajón moral a quien entusiasmado, viene con un objetivo en mente como nuestra montaña más alta y hasta cierto punto puede mermar sus condiciones psíquicas, que hasta la saciedad está demostrado que influye mucho durante actividades deportivas de alto rendimiento como el montañismo. Peor aún, mucha gente que precisamente cumple funciones de orientar, hacen totalmente lo contrario. Alguno incluso recomendado para esta función en importantes guías impresas, las que de enterarse la serie de improperios que ofrecen, los retirarían inmediatamente de sus listas pidiendo disculpas a sus lectores; más aún, si se enteran que sus “especialistas en montaña” no hacen actividades deportivas hace muchos años e incluso su descuidado físico los delata. Otro factor de confusión y medias verdades, llamémosle por su nombre propio: “mentiras”, son aquellas de quienes bajan de la montaña y para justificar su regreso, inician una serie de inverosímiles versiones como que hay grietas insalvables o puentes caídos, hasta incluso proporcionan fecha y hora de caída de seracs, inventan sonidos de avalanchas y hasta dicen con espectacular convencimiento, que las pueden oír desde montañas cercanas y hasta “verlas …” Jamás se les oirá decir que no pasaron por el temor que les infunde la montaña o simplemente por carecer de una capacidad innata de ascender por donde otros no lo pueden hacer. Pero lo más lamentable de todo esto, es que muchas veces, esta serie de embustes, provienen de quienes por razones obvias, no deberían hacerlo, algunos (preciso “algunos” a fin de no herir susceptibilidades) guías de montañas locales y otros inescrupulosos que usurpan estas funciones y fungen como tales sin tener absoluto conocimiento de las rutas y al volver a su agencia de contrato, inician una serie de mentiras y lamentablemente en Huaraz, empiezan las llamadas “bolas”, que no son más que exageraciones de persona a persona, es decir, cada uno va haciendo su propia versión, cada vez más terrible claro y entonces se genera un ambiente de tensión sobre el Huascarán y nadie quiere ir. Don Abraham Cordero, pionero en la sacrificada labor de arriero en la zona de Musho, al pie del Huascarán, me confiaba que desde que era niño, todas las expediciones sabían de los peligros objetivos en esa montaña y muchas veces tuvo la penosa labor de trasladar algunos cuerpos hasta Musho, a fin de ser evacuados a sus lugares de origen. Vuelvo a repetir que el Huascarán siempre ha sido peligroso y el montañismo es un deporte de riesgo asumido y hasta cierto punto controlado, donde la montaña, aunque nos deje salir de allí, siempre será la que manda. Pero de todo es posible concluir en un factor muy positivo; y es que así como existe una parte poco profesional de personas dedicadas a este negocio, hay algunos otros (vuelvo a mencionar “algunos” a fin que no se incluyan todos) que cuentan con un nivel técnico, profesional y sobre todo una capacidad innata de buscar salidas en la montaña por donde la mayoría de nosotros ni siquiera nos plantearíamos intentar y por cierto, como siempre están en la montaña, es difícil encontrarlos en la ciudad y obtener una versión veraz de las condiciones reinantes en montañas como el Huascarán. No se les verá, como a otra gente, presumiendo de si mismos en los bares de Huaraz y por ende, muy poca gente tendrá información contundente de las condiciones en esa montaña. Octavio Salazar (2), guía de montaña local quien ascendió 2 veces en menos de 15 días a la cumbre sur cuando nadie lo hacía, me comentaba que las condiciones en el Huascarán incluso estaban mejor que en otros años, el viento reinante, otro factor usual en esta montaña, fue quizá una de las mayores dificultades en la ruta. Increíblemente, al día siguiente que Octavio hizo cumbre, otro grupo intentó salir hacia la cima, pero ni siquiera avanzaron 100 metros y regresaron tras su grupo, aduciendo que el viento era demasiado fuerte. Todo el grupo que bajó de cumbre el día anterior, comentó que ellos hicieron cima con más viento aún. Ahora bien, muchos otros “montañistas” seguramente cuando regresan a Huaraz, a fin de que no sean vistos como temerosos o faltos de capacidad, pretextan otros factores para su retiro y “echan más leña al fuego”. Hasta el momento de terminar este artículo, ninguna otra expedición ha logrado hacer cumbre en el Huascarán por la ruta normal, cuando todas las condiciones la favorecen perfectamente. Lamentablemente la historia del montañismo se ha teñido de mentiras y traiciones, muchas de ellas resueltas hasta 50 años más tarde (Walter Bonatti y la penosa lucha que tuvo que librar contra sus compañeros de expedición en la “historia oficial” de K2 en 1953 ) Mención aparte merecen los montañistas que confían en sus guías y algunos pueden dar perfectamente fe de lo que referimos en este artículo y quienes vienen muy bien preparados para acometer rutas como las del Huascarán y al ver sus objetivos cumplidos se van con la satisfacción de saber que en Perú existen guías calificados y minuciosos al momento de evaluar las rutas y como decimos siempre: tomar la decisión de ir o regresar. Siempre hemos sido reiterantes en aconsejar a quienes vienen a la cordillera Blanca u otras en los andes Peruanos: verifique con quien va a la montaña. Actualmente es muy fácil obtener el currículo deportivo de un guía de montaña. Basta buscar en internet o en prestigiosas revistas de montaña “on line” donde sus nombres figuran como deportistas de primer nivel y por ende su calificación profesional es más elevada que otro del que no se encuentra absolutamente ningún registro deportivo. Elegir bien a nuestro compañero de cordada, guía de montaña y sobre todo a quien nos brindará información, va a depender del éxito de nuestro viaje. (1)y (2) Guías de montaña UIAGM-AGMP ascendieron al Huascarán sur este temporada en varias ocasiones ya sea por la ruta normal o por la ruta de “el escudo”. Todas las opiniones vertidas en este artículo son realizadas a título personal por el autor del mismo. Sergio Ramírez Carrascal Nuestramontaña |
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